En Venezuela está representada por las serpientes de coral, agrupadas por el Género  Micrurus. Romano (1971) sinonimizó el género Leptomicrurus  y Micrurus, al demostrar que los caracteres dados por Schmidt (1937) para Leptomicrurus no eran estables, sin embargo Roze (1996) y Campbell & Lamar (2004) reconocieron Leptomicrurus como género válido, en la actualidad Leptomicrurus se reasignó a Micrurus (CASTOE et al. 2007). Todos los miembros de la familia Elapidae poseen dentición proteroglifa y son venenosas. Estas serpientes están provistas por colmillos y glándulas venenosas y son las más peligrosas y temidas serpientes en el mundo (mas no en Venezuela). El maxilar de estos animales es relativamente largo en comparación con los viperidos, pero cortos en comparación con los colúbridos.

En el nuevo mundo, las serpientes de Coral están distribuidas desde el sureste y suroeste de los Estados Unidos, pasando por México, América Central y la mayoría de Suramérica, hasta la Argentina Central. Se les encuentra en diversos hábitats, en un rango desde bosques bajos, desiertos y montañas altas  hasta bosques de neblina, su distribución altitudinal tiene rangos que varían desde el nivel del mar hasta unos 3,000 m.,  se ubican en tres generos: Micruroides; Leptomicrurus, con tres especies y Micrurus con casi 70 especies.  Algunas especies no alcanzan los 50 cm, mientras que  otras especies pueden pasar de 1.50 cm de longitud total. La mayoría de las corales puede mostrar un comportamiento errático cuando se les molesta, ocultando su cabeza por debajo del cuerpo y aplanando la parte posterior de la cola, asemejando la cabeza utilizando la cola. La mayoría de las corales se alimentan principalmente de serpientes pequeñas (especialmente colúbridos y typhlopidos), pero también se alimentan de lagartijas y pequeños anfibios. Son ovíparas y las hembras depositan hasta unos siete huevos. En cuanto al veneno, todas las serpientes de coral deben ser vistas como potencialmente peligrosas para los humanos, ya que muchas especies han sido responsables de la muerte de seres humanos. Schmidt, 1937, fue el primero en reconocer las diferencias naturales de dos especies de Corales en Suramérica que presentaba sus primeros pares de infralabiales reducidos de tamaño, no entrando en contacto con la ventral central, permitiendo contacto con la mental y con un par de escamas. La mayoría de estas delgadas serpientes de coral, poseen un distintivo patrón de color blanquecino, amarillo o rojos puntos ventrales o negro uniforme excepto M. renjifoi. el cual es completamente anillado son blanquecinos, amarillentos en casi todo el cuerpo convirtiéndose en anaranjado a rojizo en la cola.

El género Micrurus incluye la gran mayoría de las serpientes venenosas de coral, que se distingue por los siguientes caracteres: un par de colmillos diminutos, huecos que inyectan veneno, que están implantados en el maxilar a nivel de la segunda escama supralabial; cabeza roma u ovalada, no diferenciada del cuello y con ojos pequeños de pupilas circulares; escamas de la cabeza lisas y grandes. El cuerpo fino y cilíndrico; cola corta o mediana cónica o puntiaguda. Las escamas dorsales de los Micrurus son lisas, sin fosetas apicales y están dispuestas en 15-15 hileras. Las corales venenosas, casi siempre, son de tamaño pequeño (alrededor de 50 a 70 cms.) sin embargo existen especies con mayor longitud. En Benjamin Constant (Amazonas, Brasil) fue colectado un ejemplar de Micrurus spixi que midió 1,25 metros, que se encuentra depositado en el Museo Nacional de Río de Janeiro. Los Micrurus son de hábitos diurnos y vespertinos e incluso nocturnos, viven ocultos entre grietas, y troncos podridos, basura vegetal y ocasionalmente, se les puede encontrar también dentro del agua en pequeños caños y pozos. Aunque existen especies adaptadas a la vida en lugares secos y cálidos, la mayoría de ellas prefieren las zonas húmedas y selváticas. Las diversas especies del género se distribuyen desde el nivel del mar hasta unos 2.500 metros de altitud, a pesar de que poseen un veneno mortal para el Hombre y los animales, las serpientes de coral son mansas pero nerviosas, y rara vez intentan abrir su pequeña boca para morder. Por esta razón, los accidentes provocados por estos reptiles son extremadamente raros, aunque casi siempre mortales, cuando estas serpientes se alistan para atacar no se «arman» en posición espiral, como la mayoría de las venenosas, sino que aplastan parte del vientre y la cola, arrollando esta última en una pequeña espiral plana y moviéndose con sacudidas cortas y bruscas.

En Venezuela se han localizado, hasta el presente, 13 especies y todas  pertenecen al genero Micrurus.

Lista de especies: